Sería interesant, en el dia del centenari del neixement d'Albert Camus, enmig de la discusió - o diríem mil
, repressió? - educativa i llinguística que patim a les Balears, veure que diria un Premi Nobel de Literatura, francés però amb sang menorquina per part d'una mare sorda i muda, nescut a Algèria i que xerrava perfectament català, castellà i francés.
A l'entrega dels Nobel va dedicar el discurs al seu mestre Louis Germain, a qui, pocs dies després, li va escriure aquestes magnífiques retxes:
Querido señor Germain:
Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos
estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor
demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la
noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la
mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y
su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé
demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos
la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y
de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que
usted puso en ello continuarán siempre vivos en uno de sus pequeños
escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno
agradecido.
Lo abrazo con todas mis fuerzas.
El mestre, com podeu veure en una de les cartes que havia remés anys abans a Albert Camus, no era exactament del règim:
Mi pequeño Albert:
He recibido, enviado por ti, el libro Camus, que ha tenido
a bien dedicarme su autor, el señor J.-Cl.Brisville.
Soy incapaz de expresar la alegría que me has dado con
la gentileza de tu gesto ni sé cómo agradecértelo.
Si fuera posible, abrazaría muy fuerte al mocetón
en que te has convertido y que seguirá siendo para mí
"mi pequeño Camus".
Todavía no he leído la obra, salvo las primeras
páginas. ¿Quién es Camus? Tengo la impresión
de que los que tratan de penetrar en tu personalidad no lo consiguen.
Siempre has mostrado un pudor instintivo ante la idea de descubrir
tu naturaleza, tus sentimientos. Cuando mejor lo consigues es
cuando eres simple, directo. ¡Y ahora, bueno! Esas impresiones
me las dabas en clase. El pedagogo que quiere desempeñar
concienzudamente su oficio no descuida ninguna ocasión
para conocer a sus alumnos, sus hijos, y éstas se presentan
constantemente. Una respuesta, un gesto, una mirada, son ampliamente
reveladores. Creo conocer bien al simpático hombrecito
que eras y el niño, muy a menudo, contiene en germen al
hombre que llegará a ser. El placer de estar en clase resplandecía
en toda tu persona. Tu cara expresaba optimismo. [...]
He visto la lista en constante aumento de las obras que te están
dedicadas o que hablan de ti. Y es para mí una satisfacción
muy grande comprobar que tu celebridad (es la pura verdad) no
se te ha subido a la cabeza. Sigues siendo Camus: bravo. [...]
Hace ya bastante tiempo que no nos vemos.
Antes de terminar, quiero decirte cuánto me hacen sufrir,
como maestro laico que soy, los proyectos amenazadores que se
urden contra nuestra escuela. Creo haber respetado, durante toda
mi carrera, lo más sagrado que hay en el niño: el
derecho a buscar su verdad. Os he amado a todos y creo haber hecho
todo lo posible por no manifestar mis ideas y no pesar sobre vuestras
jóvenes inteligencias. Cuando se trataba de Dios (está
en el programa), yo decía que algunos creen, otros no.
Y que en la plenitud de sus derechos, cada uno hace lo que quiere.
De la misma manera, en el capítulo de las religiones, me
limitaba a señalar las que existen, y que profesaban todos
aquellos que lo deseaban. A decir verdad, añadía
que hay personas que no practican ninguna religión. Sé
que esto no agrada a quienes quisieran hacer de los maestros unos
viajantes de comercio de la religión, y para más
precisión, de la religión católica. En la
escuela primaria de Argel (instalada entonces en el parque Galland),
mi padre, como mis compañeros, estaba obligado a ir a misa
y a comulgar todos los domingos. Un día, harto de esta
constricción. ¡metió la hostia "consagrada"
dentro de un libro de misa y lo cerró! El director de la
escuela, informado del hecho, no vaciló en expulsarlo.
Esto es lo que quieren los partidarios de una "Escuela Libre"
(libre... de pensar como ellos). Temo que, dada la composición
de la actual Cámara de Diputados, esta mala jugada dé
buen resultado. Le Canard enchaîné ha señalado
que, en un departamento, unas cien clases de la escuela laica
funcionan con el crucifijo colgado en la pared. Eso me parece
un atentado abominable contra la conciencia de los niños.
¿Qué pasará dentro de un tiempo? Estas reflexiones
me causan una profunda tristeza.[...]
Recuerda que, aunque no escriba, pienso con frecuencia en todos
vosotros.
Mi señora y yo os abrazamos fuertemente a los cuatro. Afectuosamente
vuestro
Imaginau-vos si Albert Camus hagues arribat a fer el TIL....